Verás, hay títulos y títulos.
Títulos que te describen lo que te vas a encontrar dentro y adiós, muy buenas. Y títulos que van directos a la yugular de tu curiosidad y que te dejan con los ojos pegados en la pantalla.
La diferencia es de todo menos sutil.
Claro, lo lógico es pensar que todo el mundo querría tirar más para el segundo bando.
El problema es que muchas veces (y la mayoría de ellas lo hacemos sin pensar) nos quedamos estancados en el primer grupo.
Y ahí damos el primer tropezón prohibido del copywriting…
«Pero ¿qué tiene de malo un título descriptivo?»
«No te pillo, Sara. No le veo la pega a un título que te cuenta lo que hay dentro de una página de venta o un post. Si eso es estupendo, ¿no?»
Bueno, sería estupendo si no fuera porque los títulos son el primer filtro anticlientes.
Y hay muchas posibilidades de que un título descriptivo se quede un poco corto.
Escucha, esto es sabiduría de abuelas: si algo empieza mal desde el principio, es difícil remontar más tarde.
Pues eso es lo que ocurre con los títulos de tu página web (sí, con los de tu página de inicio, tu página de ventas, tus artículos o incluso tus emails).
Es como el efecto dominó: cuando el título flaquea, el resto de las piezas también caen por su propio peso.
¿Te parece un argumento suficiente como para mimar un poco más esa «irrelevante» parte de tus textos?
Los títulos no solo están para romper el hielo.
Esto es lo primero con lo que se va a topar tu lector, así que debería ser una de las piezas más trabajadas de tus textos. Hay que dedicarle una atención especial.
Eso es una verdad como un templo.
Pero, además de romper el hielo, tu título debe darle pistas (ojo, pistas y no descripciones) y razones para quedarse a leer hasta el final.
A veces nos arriesgamos a querer poner todas las cartas sobre la mesa antes de empezar y, entonces, pueden pasar varias cosas:
- Le quitamos todo el posible interés al asunto.
- Caemos en clichés que el lector se ha encontrado en los 5 post anteriores (y seguramente en los 5 siguientes también).
- Pasas completamente por alto el factor diferenciador que separa tu contenido de todos los demás.
¿Conclusión? Tu lector dice «hasta aquí hemos llegado».
Hay fórmulas para escribir títulos más populares que Rosalía.
(Advertencia: no te aseguran el mismo gancho que sus canciones).
No te hará falta rebuscar mucho para encontrar algunas técnicas y fórmulas muy comunes para escribir títulos llamativos. Aquí van unos ejemplos
- Un beneficio principal, un periodo de tiempo en el que consigues ese beneficio y las objeciones que pueda tener el cliente ideal:
«Aprende a escribir títulos irresistibles en 90 segundos sin tener ni idea de copywriting».
- La «palabras poderosas»: secreto, guía, truco, fórmula, etc.:
«La guía definitiva para escribir buenos títulos».
- Las clásicas preguntas:
«Cómo escribir un titulo fetén en 3 sencillos pasos».
- Los números:
«7 fórmulas para escribir títulos atractivos»
- Y algunos más por el estilo.
¿La pega? Que ya nos encontramos estos ejemplos hasta en la sopa. Así que aquí tendrás que darle un poco al coco y darle la vuelta a tu título con pericia.
Mi consejo es que, si quieres utilizar cualquiera de esos elementos, leas entre líneas y te permitas darle otro enfoque a tu texto para sorprender a tu lector y destacar de forma natural cuando tu cliente de contigo.
Mira este ejemplo de La Bella Solera:

Es directo, transmite claramente la propuesta de la tienda, pero además añade un matiz que el lector no se espera.
Y, sinceramente, hay que ser de piedra para no querer leer un poco más después de ese titular.
Por eso (y por si hoy tienes pocas ganas de darle al ingenio), te dejo con 5 recursos que puedes añadir a tus títulos para darles otro enfoque con más potencia.
#5 formas de revolucionar tus títulos.
#01. La autoridad.
Utiliza algún elemento de autoridad que tu público conozca a la perfección para respaldar tu título.
«Una estrategia para escribir títulos como si fueras el mismísimo David Ogilvy».
#02. El espejo.
Aquí tienes que mandar un mensaje directo a tu cliente ideal. Directo significa que si tienes nombres y apellidos, los utilizas. Lo importante es que quede extremadamente claro a quién te diriges.
«Querido copywriter: tus títulos no funcionan, ¿sabes por qué?».
#03. La emoción.
Prueba a sacar a relucir la emoción que trae a tu cliente ideal hasta tu web.
«Escribir títulos es frustrante si no sabes cómo, pero puede dejar de serlo si aplicas estas técnicas».
#04. El contraste.
Te sorprendería saber lo bien que funcionan estos títulos. Y eso que lo único que tienes que hacer es contrastar dos ideas que de primeras pueden parecer contrarias. Un buen ejemplo es el título de La Bella Solera o algo tan sencillo como esto:
«Cómo escribir títulos atractivos sin tener ni idea de copywriting».
#05. La curiosidad.
Apúntate esto: la curiosidad es lo que más nos empuja a querer saber más. Detrás de cualquier título hay una pizca de curiosidad.
«Las 3 cosas que jamás deberías hacer al escribir los títulos de tu web».
¿Y ahora qué?
Bien, si has llegado hasta aquí, significa que ya tienes los recursos para vestir las típicas fórmulas que ves por ahí para escribir títulos efectivos y que te quede una propuesta menos desnuda, mucho más completa y, sobre todo, personal.
Estas son las 5 recomendaciones que yo he aprendido, probado y disfrutado en muchos textos. Aunque la mayor ventaja es que te dan tanto margen como tú quieras para añadir tus propias normas y probar lo que mejor te funciona en tu caso, que es lo que realmente importa.
Ahora solo queda una cosa por hacer: si la teoría te suena bien, verás cuando lo pruebes en la práctica.